El desayuno francés suele seguir las pautas tradicionales de la Europa continental. Cabe destacar que el consumo de cruasanes, brioches, magdalenas, napolitanas de chocolate, pan de pasas u otros productos de este tipo se ha extendido a los desayunos de todos los días.
El desayuno típico del francés medio es el pain et confiture, baguettes abiertas por la mitad untadas en mermelada y mantequilla.
Suele acompañarse de bebidas calientes ( afé con leche o café solo, chocolate o té) y ocasionalmente de zumos o piezas de fruta.
Si se va a comer a un restaurante o es invitado a comer en alguna casa, el orden de los platos será el siguiente:
- Apéritif. Es habitual dar la bienvenida con alguna bebida alcohólica: vinos dulces como el Oporto, mistelas como el Pineau des Charentes, bebidas alcoholizadas a base de hierbas, o cócteles como el kir (vino blanco y licor de arándano o grosella). Se acompaña de algo de comida como canapés, encurtidos, charcutería, frutos secos, aceitunas, etcétera.
- Entrée o hors d'oeuvre. El primer plato suele ser más ligero que en otras gastronomías, más próximo a los antipasti italianos. Son habituales las ensaladas (salades), sopas (soupes) para las cenas, platos de verduras crudas (crudités), charcutería variada, patés, determinadas frutas como el aguacate o el pomelo que se comen de entrante, pasteles o tartas saladas como el pâté Lorrain o la quiche.
- Plat principal o plat de résistance. Aquí es donde se sirve la carne o el pescado en sus distintas preparaciones, aunque también pueden ser a base de arroz, pasta o legumbres.
- Fromage. Entre el plato principal y los postres es costumbre servir una selección de quesos para degustar.
- Dessert. El postre puede ir desde simple fruta o yogur a cualquier tipo de dulce más elaborado.
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